TIEMPO DE NEVADAS

 

COSAS DE TINO

Todos los tiempos, tiempos son, pero como la nieve no hay prisión. Los cuentos de nuestros abuelos tenían muchas temáticas distintas, una de las que me gustaba era cuando hablaban de las grandes nevadas de antaño, de cuando aquellos viejos que no tendrían mas edad que la que tengo hoy, nos decían de las nevadas de cuando ellos eran niños. En todos los relatos estaba la preocupación de que la gran carga de nieve en los tejados hiciese que la vivienda pudiera sufrir daños, nos contaban como se subían a los tejados y palote de madera en mano a echar al suelo, era bueno quitar peso no se sabía si persistía la nevada la cosa podía peligrar. Me contaban que si la quitabas cuando era nieve fresca era más fácil que caso de helar por la noche, se congelaría y es como si la casa tuviese una gran roca encima de sus paredes. Las vacas, las vacas, eran su otra gran preocupación, los mayores y todavía hoy se veneraban como casi humanos, había que meter el agua para la cuadra en cubos para que subiese la temperatura, la de la calle estaba realmente helada. La comida del ganado era otra gran preocupación, contaban aquellos relatos con gran zozobra, las vacas tenían que comer, si todavía había hierba seca, maíz, remolacha o nabos la cosa podría pasar bastante bien, cuando no había contaban las mil y una aventuras sacando nabos de debajo de la nieve y hasta recogiendo hojas de hiedra de  árboles para dar algo de comer al ganado, me decía uno un día que una de estas veces en su casa no quedaba más que las pajas de las riestras del maíz, no les quedó otra que salir a pedir una carga de hierba prestada, aquello era como penicilina, no se perdía ni una sola hierba de la carga. Estar a la lumbre del char o de la cocina era lo mejor. Las gentes no pedían gran cosa a la vida, leche, pan, potaje, papas etc eran el sustento en estos días de parada obligada, el café y el azúcar un articulo de lujo, solo de vez en cuando y en unas pocas casas, el resto rara vez.

Las largas noches daban para muchas cosas, y las reuniones o bichas en tiempos de nevada eran obligadas y relajadas. Mi recuerdo se va a la tienda de mi casa con los parroquianos de mi padre, esos no faltaban, incluso en bueno de Suso Felín (dep) un fijo en mi casa se ponía las catiuscas para acudir a la tertulia con su paraguas y su linterna. Recordaban siendo yo niño en esta peculiar bicha las grandes nevadas que habían visto y de las que habían oído hablar, papá siempre decía 15 días sin poder pasar a Tineo o cerca de un metro de nieve en la Hera al lado de casa, su lugar preferido para medir cuanta nieve había. Muchas, muchas veces llegaba carta de mi abuela de Nueva York y si decía que estaban bajo una gran nevada, papá les anunciaba a los contertulios que le había escrito su madre y que en breve la nieve estaría ya con nosotros, aquel grupo eran y son ya que algunos viven grandes amigos, algunos fallecidos con poca edad como Pepe Xuanuco (dep) Suso (dep) también fue bastante prematuro su fallecimiento. La estufa les daba calor, algunos días hasta tomaban algo, no siempre, pero el cumpleaños de alguno o santo y la nieve rodeándolo todo, entrar en aquella tienda era sentir calor de todo tipo, del ambiente pero también de charla, de amistad, de compañerismo, rara vez discutían.

Pienso que este año antes de terminar nos va a traer nieve y posteriormente en Febrero el 2021. Esta es mi manera de entretener y entretenerme, un rato de paz, un rato de lectura y un rato de escritura.

Sean Felices. Salud y suerte

(FOTO de Marcos Santiago)


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