PICADURA Y OTRAS REFLEXIONES


 Este aprendiz de todo y maestro de nada ha recibido en los últimos días una especie de invasión de velutinas, estos molestos insectos llegados de Sudeste Asiático para incordiar y entre otras cosas matar a nuestras abejas. El pasado sábado 14 de Noviembre de 2020 recibí por primera vez en mis carnes la picadura de una de estas avispas, traspasó con suma facilidad una funda de tela y un pantalón de algodón, su espada trasera afilada como un cúter entra fácilmente en las telas, si además están ceñidas como era mi caso peor, no me puse la funda de apicultor que va más floja y eso impide que llegue la picadura, y poner una prenda más. Vamos aprendiendo todos los días, poco a poco, comprobamos que este nido de impresionante porte y una actividad importante nos tiró veneno, el que tiran las velutinas cuando se ven en peligro, este alcanzo a otro de los apicultores y uno de sus ojos pronto se puso bastante colorado. Estas cuestiones nos indican que en próximas batallas habrá que llevar gafas de protección. Este año pasaron algunos meses en bastante paz lo que hizo que la gente nos relajásemos un poco mas de la cuenta con el trampeo, ese trampeo de otoño que se inicia al finales de Agosto y que es tan importante, y que además tendremos que generalizar, ya que si uno lo hace y el siguiente no, la cosa es complicada para ambos. La pandemia que tenemos encima también reduce la movilidad de algunas personas y tenemos que buscar colaboradores en nuestros pueblos, en mi caso agradecimiento infinito a todos los que colaboran que son cada día más. Los manzanos, ese árbol tan abundante en nuestra tierra es un lugar muy adecuado para poner trampas, en esta época buscan llenar su organismo de azúcar y uno de los sitios son las pomaradas, las trampas se llenan y todo lo que se capture ahora no dará guerra en la primavera. Con los nidos observó que los grandes secundarios que hemos quitado tienen cerca lugares abandonados, pueblos donde por desgracia abundan las construcciones abandonadas y escasean las personas, en algunos casos ni existen. Los primarios se hacen en cobertizos, paneras o casas donde nadie dará cuenta de ellos, el secundario no van muy lejos con el sequito, suele ser un árbol en las cercanías. Las gentes de los pueblos apuntan a la necesidad de que el clima nos echase una mano con una buena serie de heladas crudas de esas que decía mi madre "levantan las carreteras" o alguna buen nevada con varios días de duración, se que estos elementos no son del agrado de las gentes que se tienen que desplazar pero para la inmundicia sería de gran utilidad. Estas son mis reflexiones de la mañana, continuar sin tregua poniendo trampas, sin complicarse, todo ayuda. Salud y suerte

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